Aquí tenemos, amigos, una antiquísima tarjeta postal que capta un momento de una de las visitas reales a Santander. A su valor como magnífico testimonio histórico se une el especial encanto de su coloración a mano, como se hacía con las fotos cuando aún no existían los carretes “en color”. El resultado salta a la vista que tiene un atractivo entrañable; constituye otra evocadora escena de aquel Santander que fue. Al fondo se ve la popular “grúa de piedra”, que sigue en el lugar y es uno de los símbolos del puerto y del paisaje urbano de la capital de Cantabria.
