“Vintage”, canto a la pureza del circo

La faracha es el término que los viejos titiriteros empleaban para referirse a trabajar en las calles por la voluntad al son del bombo, los platillos y la trompeta. El faquir, el forzudo, la contorsionista…  eran personajes que tras la función se reconfortaban a las sombras y calor del fuego.  Y cuando los titiriteros cambiaban de plaza, dejaban en los vecinos del barrio o pueblo un rescoldo de nostalgia recogida en un montón de cenizas. El espectáculo de este año de Quimera refleja hermosamente esta esencia. Escuchar cantar a toda la compañía el canto de reminiscencias cíngaras ancestrales cala hondo en los corazones y hace verídicas las palabras del jefe de la tribu: “¿Volveremos a ser tan felices?”. El público en pie ovaciona de manera entusiasta el final. En la pista expresan sus artes circenses: la banda de instrumentistas cómicos los Slampampers, las siamesas Danila y Graziella, el ciclista aéreo brasileño Jefferson, los payasos Caluga, el hombre de goma Andrey, alambrista Nicol Nicols, el faquir Testa, la acróbata aérea Graziella y el pulsador Encho. Vintage consigue esta atmósfera con una gama desde lo cálido a lo tenue, obra maestra de Carlos, el responsable de la luz. La música en directo también suma, lo mismo que el cuidado vestuario, a este bello tinglado conducido por un gran trabajador y entusiasta creador: Raúl Alegría, el Tihany español.

—————————————–

TEXTO: Francisco Martín Medrano. FOTO: Etc Fotografía.