¡Hasta siempre, Jaime!

Tuve la inmensa fortuna de conocer a Jaime Piris, que ha emprendido la última travesía. Esta vez poniendo proa con su embarcación hacia el cielo; es decir, hacia el mejor destino imaginable y el que mereció por su calidad humana. Formó parte de la tertulia “El avispero”, que presenté durante muchos años en Cope Cantabria. Puedo dar fe, pues, de que era una persona excelente en todos los aspectos: un hombre culto, positivo, de mente lúcida y abierta, sonriente, gran conversador, sensato en las opiniones y ejemplar en la manera de expresarlas. Su huella terrenal será indeleble. Envío desde aquí mi más sentido pésame a su familia. Descansa en paz, amigo.