Paco Díaz: cuadros con alma

PACO DIAZ
La exposición que protagoniza estos días en el Espacio Fraile y Blanco, de Santander, el artista cántabro Paco Díaz (le hice en el recinto la foto adjunta) es magnífica. Al verla el día de su inauguración minutos antes de que se abriera la puerta y accediera el público a la elegante sala donde ha sido instalada, tuve la sensación de que cada lienzo deseaba cogerme por el hombro para mostrarme, en actitud amigable y pleno de admiración, al resto de colegas. Sí. Era como si un cuadro de Puertochico, por ejemplo, me dijera: “Ven conmigo, que quiero enseñarte el cuadro que Paco ha pintado de la costa. Mira… ¿Qué te parece? ¿Te gusta?”. Todas las obras de Paco son atractivas y dejan huella en quien las contempla porque están concebidas y realizadas por un artista de verdad; es decir, por alguien que ama lo que hace y que, para ser feliz, lo ofrece al prójimo con generosidad infinita. Debo subrayar, además, que ha acertado hasta con el título del florilegio pictórico que propone al visitante: “Paraísos perdidos”. Lo son sus creaciones, suma de oficio y audacia, que provocan ganas de habitar en el seductor territorio que delimita cada marco y confirman lo que en cierta ocasión afirmara George Bernard Shaw: “Los espejos se emplean para verse la cara; el arte, para verse el alma”. Enhorabuena, amigo.