Recuerdo artístico / Antoñita Torres

La bailarina Antoñita Torres (foto) debutó en el Teatro del Gran Casino Sardinero, en Santander, en el mes de febrero del año 1920. Lo hizo con mucho éxito. Sus giras por España siempre estaban avaladas por la respuesta del público, que quería ver con qué dominio desarrollaba el arte. Propició su merecida fama que fuera portada en numerosas revistas y publicaciones de la época fetén de las varietés. Siempre se destacaba de ella el atractivo, el carisma y la clase, cualidades que le permitieron alcanzar el éxito incluso lejos de nuestras fronteras. La prensa se refería así a Antoñita: “artista relevante y aclamada”, “atrayente, de gran belleza y ojos expresivos”, “todo su arte es armonía y es inspiración”, “cautiva al público, y especialmente a las señoras por su distinción personal y por la elegancia con que se presenta”, etc. Otros aspectos por los que se caracterizaba era por mostrar un “lujoso vestuario” y disponer de variado repertorio, además de decorado propio, complemento profesional importante. Fue una de las artistas que se convirtieron en protagonistas fotográficas de tarjetas postales, lo que indica hasta qué punto se la admiraba.