Recuerdo artístico / Conchita Ledesma

La madrileña Conchita Ledesma (foto) fue una de las denominadas “reinas del cuplé”. Obtuvo éxitos en nuestro país y lejos de él. Todos los públicos terminaban seducidos por su arte y encanto; en suma, por su personalidad de artista, aditamentada con lo publicitado sobre ella: su premio en “Mi Careme” de París en 1906, cumbre de la belleza. Que una española destacara en Francia constituía entonces un acontecimiento. “Cancionista a dicción”, como también fue llamada profesionalmente, emocionó a los críticos, que le dedicaron encendidos elogios. Un ejemplo: “Soberbia criatura, de exuberantes formas, Conchita Ledesma, como mujer, es una humorada divina, lanzada al mundo para asombro de la generación presente. Señores, iqué cara más expresiva y qué ojos más negros y brillantes, y qué atracción en toda su figura…, y qué mareos!”. Otro: “Canta con una malicia deliciosa, con una picardía de muy buen gusto; canta con el gesto, con los ojos…, y canta unas canciones y unos couplés que encajan muy bien en su temperamento”. Y, de propina, uno más: “Su triunfo como mujer fue indescriptible, y como artista odgró también que se le aplaudieran los originales y preciosos cuplés que con derroche de gracia interpretó”. Todo lo demostraría durante sus aplaudidísimas actuaciones en junio del año 1917 en el “Salón Pradera” de Santander.