Una de las artistas extranjeras que alcanzó gran éxito en los años de la transición política española y posteriores fue la actriz/cantante argentina Nacha Guevara. Actuó varias veces, por ejemplo, en el “Teatro Cinema” de Santander, y no me perdí ninguna. “Nacha de noche” era/es paradigma de lo que significa ser artista: una persona dotada con cualidades excepcionales para atraer la atención del público y proyectar hacia él su arte imperecedero. En el caso de Nacha, plasmado a través de muchas facetas: la interpretación teatral pura, la ejecución musical de todo tipo de piezas, el dificilísimo reto del monólogo, el recitado, el humor, la crítica, etc. Parece que la estoy viendo sobre el escenario de aquel añorado teatro acompañada magistralmente al piano por Alberto Favero. Lo que hizo Nacha, show-woman de primerísima categoría, es algo que únicamente pueden hacer los elegidos del espectáculo; es decir, quienes están tocados por la varita divina del destino para emocionar y fascinar a sus semejantes.
